miércoles, 4 de septiembre de 2019

Ayudante de proyecto en la UPNA

¡Hola majos!
Hace mucho que no escribo, pero por fin estoy aquí con vosotros. Mis redes sociales han entrado hibernación durante los meses de verano debido a un trabajo que he estado realizando durante julio y agosto en Pamplona y del que quería hablaros. Como siempre que escribo este tipo de entradas me debato entre daros detalles sobre mi trabajo, ya que no hay mejor forma de divulgar, y no contar casi nada por el tema de la protección de datos del proyecto que no quiero incumplir (mucho). Por ello esta entrada no será muy larga y no incluiré fotos que quizá acaban en pósteres científicos, pero podéis preguntarme por privado si os pica la curiosidad.

Este trabajo le comencé el 1 de julio. Yo, pánfila que nunca me había ido a vivir fuera de casa (por motivos económicos fundamentalmente) me lancé a subir a Pamplona con menos de una semana de antelación. No voy a mentir a nadie ni pintarlo de colorines. La primera semana a nivel psicológico fue muy dura y no solo para mi, ya que de las tres chicas que llegamos dos estábamos agobiadas por el nivel demandado. El trabajo fue muy exigente para mi debido a mi escasa experiencia en biología molecular. 

He cogido mucha más práctica de la que tenía en extracciones de ADN y PCRs, además de aprender a hacer medios de cultivo, cogerle confianza al autoclave y acostumbrarme a trabajar en campana de extracción. Ha sido la primera vez que he trabajado con bacterias y levaduras, y ahora sé como hacer digestiones de ADN, transformaciones bacterianas, ligación de vectores con insertos y electroporación. Las cosas no siempre han salido según lo planeado y hemos tenido que repetir varios pasos muchas veces, pero gracias a eso ya no se olvida quiero quedarme con lo bueno, con que he aprendido mucho tanto dentro como fuera del laboratorio, y con la calidad de la gente que he conocido allí.

El objetivo del proyecto era (y es, porque ahí siguen con ello hasta noviembre) la producción de proteínas que podrían tener aplicación industrial en el futuro, considerando sus propiedades. Para ello se utilizaban como vectores de expresión E. coli y la levadura Pichia pastoris. Para ello es necesario ligar el inserto de interés al plásmido que se usará como vector cortando previamente con determinadas enzimas, lo que llamamos digestión. Después se transforman las bacterias con ese plásmido que incluye el gen de interés y se crecen en placas para las que las bacterias transformadas tendrán resistencia. Se crecen las bacterias resultantes en medio líquido y a partir de esos cultivos se hacen extracción de ADN, PCR y electroforesis, seguidos de cortar el gel y extraer el ADN del gel para purificarlo. 

Tras hacer eso con las E. coli dos veces con dos plásmidos, el primero de menor tamaño, llegamos al mismo proceso y transformamos las levaduras por electroporación y se crecen en medio con antibiótico. Yo dejé el estudio en este punto, pero posteriormente va toda la parte de proteínas que estaría interesante conocer y que me voy a perder. Básicamente el ser capaces de ver qué proteínas están produciendo a nivel interno y secretando las levaduras, si son las que nos interesan, y en ese caso producirlas primero a pequeña escala y luego a gran escala.

El proyecto lo dejé a medias por otro empleo en el ICTAN, con un año de duración y a tiempo parcial, que acepté para estar más cerca de mi gente y por tener una mayor duración que el de Pamplona. ¡Pero resulta que también este proyecto voy a tener que dejarlo nada más entrar, ya que me han avisado de que se me ha concedido una FPI UAM que eché hace mucho gracias a una renuncia! Cuando sea algo definitivo con contrato firmado os contaré un poco de la tesis.